En el año 1858 la
virgen María Inmaculada se apareció a Bernardita Soubirous, cerca de
Lourdes (Francia), dentro de la cueva de Massabielle. Por medio de esta
humilde jovencita, María llama a los pecadores a la conversión,
suscitando un gran celo de oración y amor, principalmente como servicio a
los enfermos y pobres.
La Señora me habló
De una carta de santa María Bernarda Soubirous, virgen
Cierto día fui a
la orilla del río Gave a recoger leña con otras dos niñas. En seguida oí
como un ruido. Miré a la pradera, pero los árboles no se movían. Alcé
entonces la cabeza hacia la gruta y vi a una mujer vestida de blanco,
con un cinturón azul celeste y sobre cada uno de sus pies una rosa
amarilla, del mismo color que las cuentas de su rosario.
Creyendo engañarme, me
restregué los ojos. Metí la mano en el bolsillo para buscar mi rosario.
Quise hacer la señal de la cruz, pero fui incapaz de llevar la mano a la
frente. Cuando la Señora hizo la señal de la cruz, lo intenté yo
también y, aunque me temblaba la mano, conseguí hacerla. Comencé a rezar
el rosario, mientras la Señora iba desgranando sus cuentas, aunque sin
despegar los labios. Al acabar el rosario, la visión se desvaneció.
Pregunté entonces a las
dos niñas si habían visto algo. Ellas lo negaron y me preguntaron si es
que tenía que hacerles algún descubrimiento. Les dije que había visto a
una mujer vestida de blanco, pero que no sabía de quién se trataba. Les
pedí que no lo contaran. Ellas me recomendaron que no volviese más por
allí, a lo que me opuse. El domingo volví, pues sentía internamente que
me impulsaban...
Aquella Señora no me habló
hasta la tercera vez, y me preguntó si querría ir durante quince días.
Le dije que sí, y ella añadió que debía avisar a los sacerdotes para que
edificaran allí una capilla. Luego me ordenó que bebiera de la fuente.
Como no veía ninguna fuente, me fui hacia el río Gave, pero ella me
indicó que no hablaba de ese río, y señaló con el dedo la fuente. Me
acerqué, y no hallé más que un poco de agua entre el barro. Metí la
mano, y apenas podía sacar nada, por lo que comencé a escarbar y al
final pude sacar algo de agua; por tres veces la arrojé y a la cuarta
pude beber. Después desapareció la visión y yo me marché.
Volví a ir allá durante
quince días. La Señora se me apareció como de costumbre, menos un lunes y
un viernes. Siempre me decía que advirtiera a los sacerdotes que debían
edificarle una capilla, me mandaba lavarme en la fuente y rogar por la
conversión de los pecadores. Le pregunté varias veces quién era, a lo
que me respondía con una leve sonrisa. Por fin, levantando los brazos y
ojos al cielo, me dijo:
«Yo soy la Inmaculada Concepción».
En aquellos días me reveló
también tres secretos, prohibiéndome absolutamente que los comunicase a
nadie, lo que he cumplido fielmente hasta ahora.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
Dóciles a la
invitación de tu voz maternal, oh Virgen Inmaculada de Lourdes, acudimos
a tus pies en la humilde gruta donde aparecisteis para indicar a los
extraviados el camino de la oración y penitencia, dispensando a los que
sufren las gracias y prodigios de tu soberana bondad.Recibid, oh reina
compasiva, las alabanzas y súplicas que pueblos y naciones, unidos en la
angustia y la amargura, elevan confiados a Ti.
¡Oh blanca visión del
paraíso, aparta de los espíritus las tinieblas del error con la luz de
la fe! ¡Oh mística rosa, socorre las almas abatidas, con el celeste
perfume de la esperanza! ¡Oh fuente inagotable de aguas saludables,
reanima los corazones endurecidos, con la ola de la divina caridad!
Haz que nosotros tus
hijos, confortados por Ti en las penas, protegidos en los peligros,
apoyados en las luchas, amemos y sirvamos a tu dulce Jesús, y merezcamos
los goces eternos junto a Ti. Amén.
Oración compuesta por Pío XII
fuente http://www.catecismo.com.ar
Pelicula completa: BERNARDETTE
Santuario de Santos Lugares :Lourdes
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