Oh todos vosotros los que pasáis por el camino, *
atended y ved si hay dolor como mi dolor.
Porque me rodearon perros innumerables, * me asedió el consejo de
los malvados.Ellos me miraron y contemplaron, * se repartieron mis vestidos y echaron a suerte mi túnica.
Taladraron mis manos y mis pies, * y contaron todos mis huesos.
Abrieron su boca contra mí, * como león que apresa y ruge.
Estoy derramado como el agua, * y todos mis huesos están dislocados.
Y mi corazón se ha vuelto como cera que se derrite * en medio de mis entrañas.
Se secó mi vigor como una teja, * y mi lengua se me pegó al paladar.
Y me dieron hiel para mi comida, * y en mi sed me dieron vinagre.
Y me llevaron al polvo de la muerte, * y aumentaron el dolor de mis llagas.
Yo dormí y me levanté, * y mi Padre santísimo me recibió con gloria.
Padre santo, sostuviste mi mano derecha ' y me guiaste según tu voluntad, * y me recibiste con gloria.
Pues, ¿qué hay para mí en el cielo?; * y fuera de ti, ¿qué he querido sobre la tierra?
Mirad, mirad, porque yo soy Dios, dice el Señor; * seré ensalzado entre las gentes y seré ensalzado en la tierra.
Bendito el Señor Dios de Israel, que redimió las almas de sus siervos con su propia santísima sangre, * y no abandonará a ninguno de los que esperan en él.
Y sabemos que viene, * que vendrá a juzgar la justicia.
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