Una niña que encontró a Jesús
y da la vida por la conversión de su madre
y da la vida por la conversión de su madre
Sus amores: Jesús Sacramentado y María Auxiliadora.
Es criada en la espiritualidad Salesiana.
Muy devota de Santo Domingo Savio, a quien se parece en su amor puro a Jesús y a la Virgen. Murió joven como el.
Nació
en Santiago, Chile, el 5 de abril de 1891. Su padre, Don José Domingo
Vicuña, pertenecía a una familia de la aristocracia criolla chilena, de
gran influencia política y alto nivel social. Su madre, Doña Mercedes
del Pino, era de una familia humilde. Esta diferencia causa tensión
familiar desde el principio.
Hay
revolución en Chile, la familia está con el gobierno y debe huir de la
capital y refugiarse a 500 km. Pronto su padre muere y queda su madre
con dos niñas, Laura (con dos años) y Julia, en la indigencia. Emigran a
la Argentina. El viaje es muy difícil y Doña Mercedes
no tiene donde estar. Se junta en unión libre con Manuel Mora. En 1900
Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María
Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes. Pronto destaca por su devoción. Sueña con ser religiosa.
Cuando
escucha de una maestra que a Dios le disgustan mucho los que conviven
sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase,
cuando la maestra habla otra vez de unión libre, la niña empieza a
palidecer. Laurita, a su tierna edad, se duele muchísimo cuando Dios es
ofendido. Ahora comprende la situación en que está su madre. Lejos de
resentirse contra ella, decide entregar su vida a Dios por su salvación.
Laura
comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. El le
dice: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te
puede llegar la muerte muy pronto". Ella está resuelta en su ofrenda.
Recibe la comunión a los diez años. Ese día se ofrece a Dios y es
admitida como "Hija de María".
En
casa, Mora trata de manchar la virtud de Laura pero ella se resiste,
por lo que es echada de la casa, a dormir a la intemperie. Después de
esto, Mora no quiere pagarle la escuela pero las hermanas la aceptan
gratuitamente. Un día, cuando la niña vuelve a casa, Mora le da a Laura
una paliza salvaje.
Hay una inundación en la escuela en pleno invierno. Laura pasa muchas horas con los pies en el agua helada, ayudando a salvar a las mas pequeñas. Cae enferma de los riñones con grandes dolores. La madre se la lleva a su casa pero no se recupera.
Hay una inundación en la escuela en pleno invierno. Laura pasa muchas horas con los pies en el agua helada, ayudando a salvar a las mas pequeñas. Cae enferma de los riñones con grandes dolores. La madre se la lleva a su casa pero no se recupera.
Laura
le dice a su madre: "mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he
pedido a Jesús. Le he ofrecido mi vida por ti, para que regreses a El".
Le pide que abandone a Mora y se convierta. Ella le promete cumplir su
deseo. Sigue orando y ofreciendo sus sufrimientos intensos por su madre.
"Señor: que yo sufra todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi
madre se convierta y se salve".
Entra
en agonía y dice: "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en
sacrificio para obtener que tu no vivas más en unión libre. Que te
separes de ese hombre y vivas santamente". Mamá: ¿antes de morir tendré
la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a
vivir santamente?
"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".
Laura manda llamar al Padre Confesor. "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.
Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Ha cumplido su misión en la tierra. Ha sido instrumento fiel de la Divina Misericordia. Ha triunfado el amor. Recibe la unción de los enfermos y el viático. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a ella le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima! Lanza una última mirada a la imagen de la Virgen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904.
La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.
Laura Vicuña ha hecho muchos milagros. Ver: lauravicuna.cl
"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".
Laura manda llamar al Padre Confesor. "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.
Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Ha cumplido su misión en la tierra. Ha sido instrumento fiel de la Divina Misericordia. Ha triunfado el amor. Recibe la unción de los enfermos y el viático. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a ella le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima! Lanza una última mirada a la imagen de la Virgen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904.
La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.
Laura Vicuña ha hecho muchos milagros. Ver: lauravicuna.cl
El Papa Juan Pablo II la declaró Beata en 1988.
Sus restos están en el Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca Argentina.
ORACIONSeñor
Jesús: Tú que concediste a Laura Vicuña la gracia de ofrecer su vida
por la salvación del alma de su propia madre, concédenos también a todos
nosotros la gracia de obtener buenas obras, la conversión y salvación
de muchos pecadores. Amén.
ENLACESPágina oficial Laura Vicuña (Hijas de María Auxiliadora) lauravicuna.cl
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