lunes, 24 de diciembre de 2012

NOCHE BUENA

                                                                                                                                                                              
La esperanza se vuelve gozosa expectativa, anhelo inmenso y apremiante. Esta es al vigilia misma de la Navidad; este es el tiempo para seguir, como paso a paso, las horas que dieron lugar al acontecimiento único e irrepetible: ver al Hijo de Dios en nuestra carne.
1.2 El énfasis, por supuesto, está en la llegada de Cristo, pero la palabra clave que  traviesa los textos de esta celebración es el cambio de orientación. Cristo viene  como una "aurora de justicia" en la primera lectura; Él, en la segunda lectura, es  aquel para quien Juan el Bautista quiso preparar un pueblo bien dispuesto; Él, en el evangelio, va al final de una larga lista de nombres, para ser aquel que en su  nombre mismo lleva la novedad de la salvación.
2. Anuncio de Plenitud
2.1 Cristo es humilde en su llegada a esta tierra pero su discreción no debe interpretarse como impotencia o insignificancia. Es grande; solamente que su grandeza no necesita de los altavoces con que los pequeños simulan ser grandes. Es santo; solamente que su pureza no necesita de la propaganda que a menudo se hacen los que les cuesta ser puros. Es fuerte; solamente que su fortaleza no necesita de la fanfarronería de los que en fondo viven con miedo de que se les vea su fragilidad.
2.2 Lo que Cristo trae ha de llamear como antorcha, nos dice Isaías. Debe verse, debe iluminar a todos. La luz no tiene culpa cuando echa fuera a las tinieblas. Así también, los cristianos no deben temer que el poder de su mensaje haga ver pequeñas o falsas otras propuestas.

2.3 Lo que Cristo trae es también un "nombre nuevo," nos dice el profeta. Nuestros nombres, la manera como nos tratamos y lo que pensamos de nosotros mismos es pequeño porque se ha vuelto pequeña nuestra esperanza y porque nos humillan nuestros pecados. La manera en cambio como Dios nos trata y el nombre nuevo que viene a darnos refleja lo que seremos con esa gracia que empieza en el portal de Belén y que tiene su consumación en la cruz de Jerusalén.
Fray Nelson medina O.P.



Et Verbum caro factum est,
 et habitavit in nobis et vidimus gloriam eius,
gloriam quasi unigeniti a Patre,
 plenum gratiae et veritatis.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros;
y vimos su gloria como del Unigénito, lleno de gracia y de verdad.
 

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