sábado, 16 de abril de 2016

15 argumentos sobre el peligro del yoga: 

esoterismo, neopaganismo, ocultismo 

e, incluso, satanismo

15 argumentos sobre el peligro del yoga: esoterismo, neopaganismo, ocultismo e, incluso, satanismo





Para quienes desconocen su origen y su significado es bueno saber qué hay 
detrásdel yoga. No se trata de una simple sesión de relajación como puede ayudar
 un psicólogo, por ejemplo. Se trata de toda una práctica religiosa hindú, totalmente 
alejada del cristianismo e introducida en Occidente por masones y ocultistas. 
Jaime Duarte Martínez lo analiza en Catholic.Net:
Es peligroso porque…

1. Disciplina o práctica milenaria, mística-espiritual hindú (1.800 a.C.).

 Sus posiciones y ejercicios son inseparables de su cosmovisión;
 “no hay hinduismo sin yoga, y no hay yoga sin hinduismo”.

2. Fueron Christopher Isherwood y la Sociedad Teosófica quienes

 trajeron a Occidente el budismo zen y el yoga del Oriente
No se conocían antes estas creencias ni en Estados Unidos ni en Europa.
 Los gobiernos estadounidense y británico impulsaron sus planteamientos.
 La Sociedad Teosófica fue dirigida por masones y ocultistas 
(Helena P. Blavatsky, Annie Besant, Alice Bailey).

3. En cualquiera de sus formas, la finalidad del yoga no es únicamente

 la relajación, la correcta respiración ni el bienestar o control físico, sino la
 “iluminación”. Es una “vía de perfección” (de ocho pasos) a través del
 control de los “elementos físicos y psíquicos” de la persona que 
pretende el “nirvana” (extinción del sufrimiento) para alcanzar la “iluminación”
 (apertura del “tercer ojo”) y la “unión con Dios”.

Dicen los yoguis hindúes que los primeros cinco pasos (disciplina moral,

 purificación corporal y espiritual, posturas gimnásticas-corporales, control
 respiratorio y desconexión sensorial) son la preparación para alcanzar los
 grados más altos del “yoga regio” o “raja yoga”.

4. La “Iluminación” se lograría despertando a Shiva (deidad hindú) en forma

 de serpiente (kundalini), que se dice que vive al final de la espina dorsal,
 o bien, en los genitales, con objeto de que ascienda desde ese punto 
por la columna vertebral y vaya “activando” uno a uno los seis o siete chakras
 (supuestos centros de energía ubicados a lo largo la espina dorsal), y así 
se una a su esposa Parvati (diosa “energía”) que le espera en la cabeza.

El enlace Shiva-Parvati abriría el “tercer ojo” a nivel psíquico y… ¿físico?

 Esta es la meta del “yoga kundalini” y de la “meditación dinámica”.



5. Instructores y difusores de esta disciplina como Ana Paula 

Domínguez (Directora del Instituto Mexicano del Yoga) confirman que, 
en efecto, las diferentes posiciones de ese método encarnaban al dios 
Shiva, a quien solían adorar mediante un símbolo fálico llamado linga, 
y que “el objetivo era obtener la liberación al fundirse con aquella 
poderosa deidad”.



6. La apertura del “tercer ojo” ha sido motivo de interés de los yoguis,

 swamis y “maestros” orientales, como también de los ocultistas occidentales,
 pues afirman que con ello se tiene acceso al conocimiento de todo cuanto 
existe, de toda la realidad, aún de la sobrenatural (por ejemplo, sobre el futuro).

Por ello, personalidades como el fundador del satanismo,

 Aleister Crowley (conocido como “el satanista más depravado 
de todos los tiempos”), y Jon Klimo (el “médium” más famoso 
de la historia), practicaban y recomendaban ampliamente el yoga.

7. Asociaciones como la Masonería (excomulgada por la Iglesia Católica) 

 promueven dicha práctica oriental. En el ritual llamado “Paladión”, el 
segundo paso (de cinco en total) consiste en la “iluminación” o 
apertura del “tercer ojo”.

Willian Shnoebelen (ex satanista y ex masón), quien practicó el ritual,

 afirma que ese ojo (“el Ojo que todo lo ve”) “es el punto de contacto 
entre los humanos y la conciencia de Lucifer”, y se comienza a “pensar
 como él piensa y a ver con sus ojos... No es una buena experiencia”.

8. Gopi Krishna, ex yogui de Cachemira quien introdujo la teoría del 

“Kundalini” (“energía vital” y “serpiente”), estuvo a punto de
 caer en locura completa en 1937, mientras meditaba sobre su 
“chakra” superior (o “tercer ojo”).

Dijo: “De aquí en adelante, durante largo tiempo, tuve que vivir pendiente

 de un hilo, debatiéndome entre la vida y la muerte, entre la salud y la enfermedad. 
(…) He pasado por casi todas las etapas de (...) tipos de mente: mediúmnica,
 psicótica y otros; durante un tiempo estuve alternando entre la cordura y la locura”.

9. El Swami Prabhavananda advierte sobre los peligrosos 

efectos físicos que pueden resultar de los ejercicios de respiración yoga:
 “A menos que se hagan correctamente, hay una buena posibilidad de 
dañar el cerebro. Y las personas que practican este tipo de respiración sin una 
supervisión adecuada, pueden sufrir una enfermedad que ninguna ciencia
 o médico conocidos pueden curar”.

Los ejercicios respiratorios tienen como finalidad, en la religión hindú,

 aspirar el prana = la esencia del éter, el Atman-Brâhman, lo divino,
 la “fuerza vital” (“la energía”). Asimismo, el yogui Shakta Kaur Khalsa afirma:

“El mito de que el kundalini es peligroso sólo sería posible 

mediante una muy mala práctica... la técnica y preparación 
adecuadas son el aislante necesario para el flujo correcto de la energía kundalini”.



10. Ana Paula Domínguez y Marco Antonio Karam 

(Director de Casa Tíbet México), reconocieron juntos en el programa
 radiofónico “¿Qué tal Fernanda?”, en 2004, que el yoga puede presentar
 un riesgo para quienes lo practican, debido, en parte, a que en México
 existen numerosos institutos o escuelas no autorizados para enseñarlo.

11. El Presbítero Manuel Guerra, un importante investigador de las sectas,

 afirma que es un riesgo “suprimir la conciencia”, pues según el segundo 
principio del “sutra” (discurso de Buda), “el yoga consiste en
 impedir que la conciencia/pensamiento tome formas diversas”, o sea, 
en la “cesación de la actividad mental”.

12. El sacerdote Alfonso Uribe Jaramillo considera: “El yoga puede ser 

instrumento válido para el hindú que busca con sinceridad la salvación y no 
ha conocido la verdad revelada por el Verbo de Dios. Pero para el 
cristiano, es un camino erizado de peligros y, a la larga, si no lo aparta 
de Jesucristo, lo llevará a una gran confusión, pero no a la 
 verdadera perfección cristiana”.

13. El Cardenal Norberto Rivera Carrera señala: “El yoga es, en su esencia, 

un ejercicio espiritual y corporal nacido de la espiritualidad hindú. Las posturas
 y ejercicios,aunque se presentan como un simple método, son inseparables
 de su sentido propio en el contexto del hinduismo. El yoga es una introducción
 a una tradición religiosa muy ajena al cristianismo. La palabra ‘yoga’ 
significa ‘unión’. Habría que preguntarnos:¿unión con qué?”.

14. El Consejo Pontificio para la Cultura y el Consejo Pontificio para el Diálogo

 Interreligioso del Vaticano, ubican al yoga como parte de las muchas prácticas
 de la New Age, al tiempo de cuestionarla como forma de “iluminación”.

15. Existen ya testimonios de posesiones demoniacas, parciales 

o totales, en personas que practicaron el yoga. Los mismos ocultistas
 y médiums ya mencionados, nos confirman lo anterior, pues usaban 
su cuerpo con esta técnica para entrar en contacto con los “muertos” 
(espíritus malignos).

Por lo tanto, el Yoga es una forma actual de idolatría, esoterismo, neopaganismo, 

ocultismo, adivinación, comunicación “mediúmnica”, y posesión diabólica. 
Así, yoga y cristianismo son esencialmente incompatibles.
¡No diga ahora… que no sabía!

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