Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Cuarto Domingo de Pascua, llamado “Domingo del Buen Pastor”, cada
año nos invita a redescubrir, siempre con nuevo asombro, esta definición
que Jesús ha dado de sí mismo, leyéndola a la luz de su pasión, muerte y
resurrección. “El buen pastor ofrece la vida por las ovejas”: estas
palabras se realizan plenamente cuando Cristo, obedeciendo libremente la
voluntad del Padre, se ha inmolado en la Cruz. Entonces queda
completamente claro qué significa que Él es “el buen pastor”: da la vida
ha ofrecido su vida en sacrificio por nosotros. Por ti, por ti, por ti,
por mí, por todos ¡Por eso es el buen pastor!
Cristo es el verdadero pastor, que realiza el modelo más alto de amor
por el rebaño: Él dispone libremente de su vida, nadie se la quita,
sino que la dona a favor de las ovejas. En abierta oposición a los
falsos pastores, Jesús se presenta como el verdadero y único pastor del
pueblo: el mal pastor piensa en sí mismo y explota a las ovejas; el
pastor bueno piensa en sus ovejas y se dona a sí mismo. A diferencia del
mercenario, Cristo pastor es un guía pensativo que participa en la vida
de su rebaño, no busca otro interés, no tiene otra ambición que la de
guiar, alimentar y proteger a sus ovejas. Y todo esto al precio más
alto, el del sacrificio de la propia vida.
En la figura de Jesús, buen pastor, nosotros comtemplamos la
Providencia de Dios, su preocupación paterna por cada uno de nosotros.
La consecuencia de esta contemplación de Jesús Pastor verdadero y bueno,
es la exclamación de asombro conmovido que encontramos en la segunda
Lectura de la liturgia de hoy: “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre,
mirad qué amor nos ha tenido el Padre, …” Es realmente un amor
sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la
vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso
que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está
motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo,
no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este
amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos
al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir
al Buen Pastor. En particular, los que tienen la misión de guías en la
Iglesia --sacerdotes, obispos, Papas-- están llamados a asumir no la
mentalidad del líder sino la de siervo, imitando a Jesús, que
despojándose de sí mismo, nos ha salvado con su misericordia. A este
estilo de vida pastoral están llamados también los nuevos sacerdotes de
la diócesis de Roma, que he tenido la alegría de ordenar esta mañana en
la Basílica de San Pedro. Dos de ellos se asomarán para dar las gracias
por vuestras oraciones y para saludaros.
María Santísima obtenga para mí, para los obispos y para los
sacerdotes de todo el mundo la gracia de servir al pueblo santo de Dios
mediante la alegre predicación del Evangelio, la sentida celebración de
los sacramentos y la paciencia y mansa guía pastoral...Regina Coleli:
Queridos hermanos y hermanas, deseo asegurar mi cercanía a la población golpeada por un fuerte
terremoto en Nepal y en los países vecinos. Rezo por las víctimas, por
los heridos y por todos aquellos que sufren por esta calamidad. Tengan
el apoyo de la solidaridad fraterna y rezamos a la Virgen para que esté
cerca de ellos.
Dios te salve María...
Hoy en Canadá será proclamada beata María Elisa Turgeon, fundadora de
las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario de San Germán: una
religiosa ejemplar, dedicada a la oración, a la enseñanza en los
pequeños centros de su diócesis y a las obras de caridad. Damos las
gracias al Señor por esta mujer, modelo de vida consagrada a Dios y de
generoso compromiso al servicio del prójimo.
Saludo con afecto a todos los peregrinos procedente de Roma, de
Italia y de varios países, en particular a los numerosos venidos de
Polonia con ocasión del primer aniversario de la canonización de Juan
Pablo II. Queridísimos, resuene siempre en vuestros corazones su
llamada: “¡Abrid las puertas a Cristo!” que decía con esa voz fuerte y
santa que él tenía. El Señor os bendiga y a vuestras familias y la
Virgen os proteja. Saludo a los fieles de Budapest, Madrid, Burgos,
Bratislava y El Cairo; como también a los de Trieste, Giovinazzo, Gorga,
Gorlago, Pesaro, Lamezia Terme. Saludo a los jóvenes de Niscemi y
Trezzano Rosa, y a los jóvenes de Casalpusterlengo y Codogno que van a
renovar su profesión de fe.
Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
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