domingo, 24 de junio de 2012

Celibato de los Sacerdotes y Obispos

Etim.: Latín caelibatus, vida soltera
DEFINICION: El no estar casado y, en el uso de la Iglesia, un compromiso de no casarse. La Iglesia hace distinción entre el celibato de laicos y el celibato eclesial. En ambos casos se escoge libremente, por razones religiosas, el no casarse.
El celibato no es desprecio al matrimonio. Ambas vocaciones vienen de Dios, son profundamente estimadas por la Iglesia y son caminos de amor y servicio.
¿Por qué el celibato?La Iglesia siempre ha tenido el celibato en muy alta estima ya que Jesucristo fue célibe. El es modelo de la perfección humana. Hay quienes objetan pensando que nosotros no podemos imitarlo. Se equivocan. La verdad es que Jesucristo, siendo Dios, asumió verdaderamente la naturaleza humana, siendo igual que nosotros en todo menos en el pecado. El nos da la gracia para vivir, siendo hombres, su amor sobrenatural.
Jesucristo claramente recomendó el celibato como entrega radical de amor por el Reino de los Cielos:
Los discípulos le dijeron: "Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido.  En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!"(Mateo 19, 10-12)
   
San Pablo no se casó por amor al Reino.
Un ejemplo mostrando que la Biblia no prohíbe el quedarse célibe o soltero por amor a Dios, nos lo da San Pablo. Él, que fue uno de los grandes evangelizadores y del cual conservamos varias cartas en la Biblia, no se casó. Y no tuvo ningún problema de sexualidad como algunos hoy en día lo andan diciendo acerca de los que se quedan célibes.
  « Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra.
No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.(1 Cor 7,7-9)
32   El que no está casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. 33   En cambio, el casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer.38   Por tanto, el que se casa con su novia, hace bien. Y el que no se casa,  mejor. (1 Corintios 7: 32-38)


El celibato laico se practicaba ya en la Iglesia primitiva. A los hombres célibes les llamaban "los continentes" y a las mujeres, "vírgenes". También se les conocía como ascéticos.
San Ambrosio (siglo IV) escribe sobre el celibato: "Dios amó tanto a esta virtud que no quiso venir al mundo sino acompañado por ella, naciendo de Madre virgen" (San Ambrosio, Tratado sobre las vírgenes


fuente: pagina Mercaba 

* Ante la confusión y los comentarios que se dan en los medios y en la calle (por el escandalo del obispo) es bueno saber de lo que se habla, sin juzgar o condenar, a los demas.

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